Bogotá, 14 de marzo de 2019. Muchos se habrán preguntado por el nombre de Víctor Maldonado. Seguramente la mayoría lo habrá escuchado aquel ya recordado 2 de noviembre de 2012, cuando una de las comisionistas más grandes del país, InterBolsa, entró en picada.
¿Quién era el accionista mayoritario de uno de los monstruos financieros más importantes del país?¿quién era el tal “Maldonado”?¿por qué solo aparecía él en las noticias?¿qué papel cumplía él en InterBolsa?
Es simple: El creador de marcas tan emblemáticas para el país como Archie’s, Foto Japón, Crem Helado, jugos Country Hill, hotel Santa Clara de Cartagena, entre otras, siempre mantuvo un bajo perfil. Quienes lo conocen, saben de su olfato innato por ver oportunidades y de su nulo afán mediático al no querer figurar. Lo suyo eran, son y serán siempre los negocios.
Todo inició el día 26 de noviembre de 2015, cuando le notificaron a Víctor Maldonado la inadmisión del recurso de Amparo interpuesto por su equipo de abogados a la Corte Constitucional española. Lo anterior: evitar que extraditaran injustamente a Víctor de Madrid a Bogotá.
No obstante, la defensa planteó continuar hasta las últimas instancias, con el objetivo de garantizar sus derechos fundamentales. De igual forma, sus abogados en España solicitaron a las autoridades que se le practicaran exámenes médicos de un forense, antes de abordar el avión. Lo cual, jamás se le permitió hacer, teniendo en cuenta su delicado estado de salud.
Por si algunos no lo sabían (el gobierno de Santos sí), a Víctor le diagnosticaron un cáncer de próstata y por tal motivo estuvo en España recibiendo su respectivo tratamiento médico.
Otro dato: Víctor Maldonado ofreció pagar un sin número de veces la totalidad de su deuda. Sin embargo, las autoridades colombianas lideradas por Santos, querían que pagara el dinero que debían y deben los más de 120 deudores del Fondo Premium. Estos deudores, no han sido judicializados y nunca le han embargado sus bienes.
Víctor Maldonado fue intervenido en todas sus sociedades y bienes, y los de su familia.
Estos activos están en manos del liquidador y por ende el único responsable en estos momentos de que los bienes se hayan vendido a precio de huevo, mal administrados, con producciones nulas y familias sin empleos, es por responsabilidad del Estado colombiano representado por el agente liquidador designado por la Superintendencia de Sociedades, el señor Alejandro Revollo y por maniobras de algunos ex funcionarios del gobierno
Santos, como lo fue el caso de Luis Guillermo Vélez, al esconder el patrimonio de sus amigos Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortíz, evitando así el pago a las víctimas
ASÍ FUE LA CANALLADA
Pie de foto: Víctor Maldonado, el día que Danny Quintana lo acompañó durante su recorrido por el infierno que sufrió durante la extradición.
Cabe resaltar que actualmente el ex Director del CTI, Danny Quintana, está actualmente investigado por la Fiscalía General de la Nación en un caso por corrupción.
Pie de foto: Víctor Maldonado, junto a su abogado penal, Iván Cancino, el día que injustamente fue trasladado al bunker de la Fiscalía General de La Nación.
Durante su proceso han existido una serie de irregularidades por parte del Estado colombiano. El día 27 de noviembre de 2015, durante su traslado a Colombia, desde su reclusión en España, se realizó una audiencia que no tenía razón de ser, ya que contra Víctor Maldonado ya pesaba una medida de aseguramiento.
Se legalizó una orden de captura, que, en concepto de su equipo de defensa, no tenía ya eficacia, toda vez que, fue reemplazada por la boleta de detención expedida el día en que se decidió aceptar la petición de la Fiscalía, en torno a expedir medida de aseguramiento en su contra.
En el trámite relacionado con la llegada de Víctor Maldonado a Colombia, se violaron varios derechos fundamentales. Víctor fue trasladado por personal de policía y CTI desde Madrid a Bogotá sin que quedara constancia de ello en los documentos del procedimiento de extradición; ese personal que lo captura no lee el derecho de Víctor Maldonado a guardar silencio y durante todo el vuelo conversan con él sacándole información privada como consta en la edición del día 28 de noviembre de 2015, del periódico El Tiempo, en donde se relatan esas conversaciones y, se publicaron videos de momentos reservados por parte de la Policía y de empleados de la Fiscalía, este último episodio ocurrió en presencia de su abogado penal, Iván Cancino, quien en declaraciones ante diversos medios de comunicación aseguró que observó cómo un funcionario del ente acusador pasaba el video del momento de la llegada de Víctor Maldonado al búnker a los periodistas que se encontraban en Paloquemado.
Las graves condiciones que Víctor Maldonado vivió durante los últimos días del mes de diciembre de 2015, confirmaron la necesidad de su familia, de hacer un llamado a las autoridades colombianas a que le garantizaran sus derechos y le permitieran continuar con los tratamientos médicos para la atención del cáncer y otras enfermedades que padecía.
El traslado al centro penitenciario “La Picota” del día 23 de diciembre de 2015 fue realmente degradante. En ningún momento, los funcionarios de la Fiscalía General de la Nación, le informaron a Víctor la decisión de trasladarlo. Peor aún, ni siquiera le permitieron llevar sus pertenencias personales. Las mínimas para suplir sus necesidades, teniendo en cuenta que tenía 70 años de edad y su estado de salud era delicado.
Respecto a las citas médicas que tenía programadas, los señores de las celdas del Búnker de la Fiscalía General de la Nación, no le permitieron asistir a las citas de los días 10 y 11 de diciembre de 2015 con su neurólogo, el Doctor Ricardo Zurek.
Un día antes de su traslado al centro penitenciario “La Picota”, el 22 de diciembre de 2015, la Fiscalía General de la Nación, negó sin motivo alguno, la cita médica que tenía programada Víctor Maldonado en la Clínica Reina Sofía a las 7:00am. De igual forma, el 23 de diciembre de 2015 las autoridades colombianas negaron que Víctor Maldonado se realizara los exámenes de laboratorio y la resonancia magnética que se llevaría a cabo en la Clínica El Country, asignados por su neurólogo, el doctor Ricardo Zurek. Cabe resaltar que todas las citas médicas contaban con autorización previa de los funcionarios de la Fiscalía, negándole el derecho a asistir.
Las condiciones precarias que Víctor Maldonado vivió en el búnker de la Fiscalía fueron lamentables. Se vieron vulnerados sus derechos, especialmente en el cuidado de su salud. Víctor estuvo desde el primer día en un cuarto oscuro, de 2×2 m2, sin ventilación ni acceso a luz natural, a temperaturas bajas lo que generó graves consecuencias en sus condiciones preexistentes.
Al ser trasladado al centro penitenciario “La Picota”, en Bogotá, quedó en manos de sus victimarios y dependió completamente de ellos para poder comunicarse con su familia, para alimentarse (porque no le dejaron ingresar los alimentos que se le enviaban) y finalmente, fue ajeno a implementos tales como almohadas y cobijas. De igual forma, fue privado de recibir visitas al lugar de reclusión, por lo que no tuvo la oportunidad de ver a su familia en navidad y año nuevo.
La historia no terminar allí y #DóndeEstánLosBienes terminará de contarla…